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Tanto en creatividad, como en la cocina, existen ingredientes, un paso a paso, y un tiempo de elaboración.

Así como el glaseado de cebollas se logra colocando la verdura en una olla con agua, se le da cocción hasta que el líquido se reduzca, y el azúcar junto con la manteca hagan su magia. En creatividad las ideas transitan un proceso similar de generación, análisis e implementación; y  aquí la magia la dan las llamadas herramientas de creatividad.

Estas técnicas tienen por objetivo potenciar la generación de ideas ante una necesidad puntual, y como en la mayoría de los procesos, es preciso también tener un objetivo claro, para saber sobre que vamos a trabajar puntualmente.

Una de las técnicas de generación de ideas más atrapante, por su  efectividad y resultados, es SCAMPER.

Por si no  lo percibieron, la palabra scamper es un acrónimo formado por una serie de verbos modificadores. Sustituir, combinar, adaptar, modificar, poner en otros usos, eliminar y reformular.

Su secreto consiste en “pasar” nuestra necesidad u objetivo por cada uno de estos verbos, desmenuzándola y  logrando gracias a la metodología creativa nuevos conceptos como  lavarropas que se combinan con inodoros, ropa que se achica al tamaño de una billetera, destornilladores que se usan para quitar corchos, y un universo entero de nuevas formas aún no imaginadas.

Se preguntarán porque regirse de técnicas en algo tan diverso y espontáneo como la creatividad. La realidad es que a pesar de que todos nacimos siendo seres creativos en toda nuestra potencia, niños despojados de trabas y bloqueos,  el transcurso en el que crecemos y nos educamos nos “anula” ese potencial de alguna manera. Y aquí las “técnicas de creatividad” que aparecen para obligarnos a desafiar los límites que con el paso a la adultez nosotros mismo nos hemos asignado.

Henry Ford dijo hace más de 100 años: “…Si hubiera preguntado a mis clientes qué necesitaban, habrían dicho un caballo mejor…”

Solemos pensar dentro de los parámetros a los que estamos acostumbrados, “dentro de la caja”.

Scamper sólo es un ítem más en esta lista de recetas de imaginación, debemos tomar la carta y elegir el mejor menú para que nuestro plato salga creativamente delicioso.

 

Creatividad al plato

Innovar. Un hecho.

“La innovación es lo que distingue un líder de los demás” decía Steve Jobs, y ha demostrado estar en lo cierto, justamente con ello, innovación.

Es común expresar que ser creativo es lo mismo que ser innovador. Pero hay una diferencia sutil entre estos dos términos, tan sutil como el toque que le da la esencia de vainilla a un postre.

La creatividad es la capacidad que todos los seres humanos tenemos de crear, simplemente eso. En cambio, la innovación es el resultado de esa creación, es la idea que surgió, creció, se analizó, se reformuló, se testeó y finalmente se implementó. Innovar es implementar.

En esta era que transitamos rodeados de nuevos emprendimientos que surgen de forma constante, y sobre todo los relacionados al mundo digital, las ideas están en el aire. Para tomar impulso e innovar es preciso simplemente mirar a nuestros lados y encender los sentidos.

Se trata de hacer, como Bernard Sadow, quien inventó la asombrosa valija con ruedas allá por el año 1970.

En ese momento la idea parecía ridícula. Sin embargo, y después de que varias puertas se cierren a la propuesta, Bernard dió con el vicepresidente de Macy´s, una de las tiendas más grandes de los Estados Unidos,  cerrando un acuerdo de producción muy efectivo y conveniente para los viajeros y  ni hablar de los maleteros.

Es un hecho que el mundo evoluciona y todo está condenado a quedar en la caducidad. Las valijas con rueditas no serán la excepción ya que Rodrigo García, un joven español, ha diseñado una maleta sin rueditas. Esta ocurrente valija sigue a su dueño como lo haría su perro, pero sin correa. 80 centímetros es la distancia que los separa, y se orienta a través de las ondas del teléfono móvil. Fue pensada para facilitar el traslado a personas con discapacidad principalmente, respondiendo a una mejor calidad de vida e independencia.

Entendiendo este contexto de cambios, y teniendo en cuenta que las necesidades se van transformando, un mundo enorme de posibilidades se abre ante nuestra imaginación y visión de negocio.

Definitivamente crear e innovar están al alcance de todos, sólo tenemos que agudizar nuestro “ojo rentable”.

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