Erisos en Alaska
Los erizos (cuerpo espines) y sus púas complican todo un esquema.
En el mundo de los erizos no hay estufas para palear el frío, ese congela moco de invierno.
Naturalmente, buscan el calor de sus compañeros para atender el tiriteo del viento helado.
Pero la naturaleza no les advirtió de que si se acercan demasiado se pincharán, así como si se alejan otro mucho, se enfriarán.
Y como el frío entra por las venas y no invita un lindo rato sino es con té caliente de jengibre, los erizos inteligentemente buscan la distancia óptima para compartir el calor de sus pinchudos cuerpos, sin lastimarse.
Todo el día, un poco más cerca, un poco más lejos.... y con mucha paciencia y deseo de coordinar, encuentran la distancia perfecta de la felicidad.
Sacá tus propias conclusiones....
Gracias Sigmund.